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HIERRO FUNDIDO

No hay hierro que no pueda ser fundido por el fuego del amor fraterno. La bondad y la compasión son capaces de ganarse a seres que nunca conquistará la beligerancia. La coraza blindada y coronada en rubia cabellera también puede ser reblandecida. El Papa Francisco consiguió hacerse con el entero corazón de Giorgia Melloni. No hay más que ver el discurso de la presidenta italiana ante su parlamento para constatarlo. Su larga y emocionada glosa del sumo pontífice se granjeó el aplauso de toda la bancada.

La que sopla fuerte para que las embarcaciones colmadas por la necesidad no encallen en las arenas de su gran “botaâ€, la que construye grandes jaulas en Albania para encerrar a los hermanos africanos que llaman a sus puertas, la que se ha erigido en referente de una extrema derecha que trata por doquier de escalar las más altas instancias de poder..., ha sido conquistada por un jesuita bueno, humilde y sencillo.

El Papa Francisco sigue operando tras las bambalinas celestes. No sólo las dos sillas con Zelenski y Trump buscando la paz en medio del inmenso mármol de San Pedro; no únicamente los mares de gentes rindiéndole tributo ya en el Vaticano, ya desde sus propios lugares, el Papa argentino sigue desconcertándonos aún con el aliento ya detenido.
El Bergoglio que recién ha emprendido vuelo hacia la Luz, nos invita a revisarnos. Al otro lado de la Vida su testimonio nos sigue interpelando. Quizás tenemos que empezar a ver seres humanos endurecidos, ensimismados donde antes sólo veíamos ultraderecha. Tan sólo desconocen la magia y fortuna que representa el alto ideal de la fraternidad humana. Quienes hemos crecido en el seno de la cultura “antiâ€, medrado en la dinámica de la confrontación, acertaríamos deshaciéndonos de todo vestigio de plomo.

Tuvo que venir el Papa de la compasión y los brazos abiertos para terminar de desarmarnos. No es fácil fundir otros hierros de vetas más cercanas, mineral endurecido bajo una tierra en gran medida yerma, pero habrá que intentarlo. No es fácil salir al encuentro del histórico y a veces furibundo adversario, pero habremos de evitar confrontarlo. Superar la contienda banderiza de cualquier signo, trascender el paradigma de la confrontación constituye quizás el reto más ambicioso que atiende hoy el ser humano.

Artaza 30 de abril de 2025
www.velouriz.org

 
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